Lima, Peru
Últimamente y por consejo especial de mis colaboradores Millnenials y de mis hijas empiezo a decir no a algunas cosas tanto en mi vida personal como en la profesional. Hoy os voy a explicar por qué pienso, tras la experiencia de estos últimos dos años, que decir no me ha resultado positivo . Hay van unos ejemplos:
No a voy a por todos los mercados.
Con la excusa de que no sabía que mercado y va a resultar interesante finalmente en contratación perseguía varios países a la vez. Ahora me centro en mis grandes apuestas: Bolivia y Cuba. Eso no significa que diga no a trabajar en otros países pero si digo no a hacer esfuerzos comerciales grandes aparte de mis dos apuestas.
No a bajar en exceso los precios.
Adaptarse por supuesto, como todos. Pero el precio debe corresponderse con el gran nivel de calidad que estoy aportando. Es también parte de la marca. Me han enseñado que si bajas tanto los precios y ganas todo es que ese precio es demasiado bajo. Mejor perder algunos por precio (por supuesto no todos) pero si algunos. Eso significa que tu precio se sitúa en un nivel de equilibrio aceptable. Y optimizarás tu rentabilidad.
No a trabajar con personas que no se adaptan a los tiempos.
No valen argumentos como es que lleva toda la vida conmigo y empezamos esta empresa juntos. Como decíamos en nuestro post de empresa familiar, las pymes también tenemos que ser profesionales. Mantener personas que no funcionan no sólo es una carga económica directa sino que crea distorsiones en el funcionamiento de la empresa y afecta al resto del equipo.
No a decir que soy especialista en todo.
Eso de empresas que dicen en consultoría que hacen todo quiere decir probablemente que no hacen bien nada. Hay que destacar y tener productos diferenciales. Y centrar nuestro marketing en ellos. Eso no quiere decir que si te surge una oportunidad fácil en otras especialidades colaterales la aproveches .
No a estar pendiente de todo.
Yo siempre supe delegar pero bien porque el equipo o parte de él no era adecuado o bien porque estaba mal acostumbrado, el caso es que todo pasaba por mí. Desde hace dos años esto ha cambiado considerablemente en mi grupo empresarial y para eso ha sido clave la consolidación de un equipo de confianza y alto nivel profesional.
No a clientes que no cumplan los pagos.
Muchos me dicen, por ejemplo, que por qué no trabajo con Abengoa (y esto llevo años haciéndolo y diciéndolo). Pues porque no paga bien y no cumple los hitos de pago. Y como ya explicaba en mis artículos sobre cómo trabajar con multinacionales igual que te exigen tienes que exigir. Quid pro quo.
No a cambios caprichosos de alcance y plazos de los clientes.
Yo soy flexible, pues como decía en mi post sobre como ser buen director de proyectos la consultoría la consideramos como técnica y servicio. Pero hay que educar a los clientes. Sé que es un esfuerzo pero al final compensa. Más vale pararles a tiempo en vez de que luego se malacostumbren.
Espero que me cuentes si tu también has tenido que aprender a decir NO en alguno de estos casos.