Hoy vamos a hablar y reflexionar sobre dos conceptos que a veces confundimos y que, sin duda, son complementarios y no sinónimos. Para ello, este artículo lo escribo con Pilar Sastre que dedica su vida profesional a educar y formar.
Obviamente, el debate se centra en un nivel más relacionado con el ámbito profesional. No vamos a hablar de los niños sino del sector empresarial y profesional. O sea de adultos en general. Y especialmente reflexionaremos sobre lo que debe ser la labor del docente, del maestro.
Vamos con ello, pero antes te aclaro una cosa: si, Pilar es mi hija, mi chiquitina, una gran maestra.
¿De qué hablamos? Educar o formar
Hacemos una primera reflexión sobre lo que es enseñar y educar. Si buscamos el término de educar, significa sacar de “dentro – a fuera”, en contraposición a “instruir” que significa “poner dentro”.
Aunque no vamos a reflexionar desde un punto de vista pedagógico, si es cierto que hay un gran paralelismo por muchos años que pasen:
- Cuando se enseña a un niño, desde un valor moral hasta una asignatura como matemáticas, no sólo se le enseña un modo de actuar o de resolver, sino un punto de vista sobre las cosas, una forma de ser, que utilizará a lo largo de su vida.
- Por ejemplo, si a un niño se le enseña que debe esperar a que alguien termine de hablar, se le está enseñando a respetar, a escuchar e incluso ser paciente. Igualmente, con el ejemplo de las matemáticas, cuando a un niño se le está enseñando cómo calcular, o como resolver un problema, se le inculca una forma de razonar, de resolver a través de un método ciertos problemas (o situaciones), analizando lo qué tiene y lo que quiere conseguir, lo que no será sólo útil en la asignatura, si no en la vida diaria.
Pues bien, cuando a un adulto se le forma, no se pierden esos matices. Por ejemplo, si se está formando, y especializando en movilidad sostenible, aprenderá conocimientos e ideas (será instruido), pero detrás de ese conocimiento, se está educando para una forma de pensar y de vivir, lo que llevará a una forma de ser y actuar.
Para una movilidad sostenible, para la educación vial. Para una forma de vivir y contribuir a tu ciudad. Educar o formar
[Tweet «CUANDO ENSEÑAS MOVILIDAD SOSTENIBLE, TAMBIÉN “EDUCAS”, ENSEÑANDO UNA FORMA DE SER Y ACTUAR»]
Formación es adquirir el conocimiento técnico y especialización en un campo concreto o en varios. El concepto de educación, al que se puede llegar, entre otras vías por la formación, es algo más amplio.
Educación también está ligado con el concepto de cultura. Cuando hablamos de educar estamos hablando de dar también enseñanzas menos técnicas, más transversales:
- Los valores. Por ejemplo, predicando sobre movilidad sostenible. Pero también la importancia de la difusión y el compartir el conocimiento como forma de contribuir a la sociedad civil.
- Abrir la visión, por ejemplo cuento mis experiencias en países no sólo para explicar cómo funciona el transporte en otros lugares sino para que se vean las diferencias culturales, para que se puedan entender mejor las personas. Educar o formar
¿Para qué sirve?
La formación de uno mismo como contribución al desarrollo profesional. Para nosotros, hay tres motivaciones principales para optar por ella:
- La primera es la especialización que ya comentaba. Buscar una adecuada formación contribuye a la especialización.
- Por otra parte puede aportar títulos o certificados, porque en concursos, empleos, licitaciones te los piden en muchos casos y valoran. Por ejemplo, yo siempre pongo mi caso de ser doctor, por una parte me ha dado la especialización en participaciones público privadas en el sector del transporte y por otra parte ser doctor en América Latina está especialmente considerado. Como yo digo siempre: un Doctorcito es un doctorcito allí. Por decirlo de alguna manera, da un caché más allá del valor del título y de la especialización. Pero también es una acreditación para pasar listones mínimos.
- Pero hay una tercera parte que te aporta la formación y es el que, con los cursos, muchas veces entras como parte de un club. Es una forma más de hacer Networking, de crear contactos. Esta tercera parte, para mi es más bien parte de la educación.
Dentro del concepto de formación está la capacitación, expresión que en América Latina se usa mucho más. No se refiere sólo a conocimientos sino también habilidades que permitan mejorar la eficiencia o la capacidad para enfrentarse a los problemas.
Suele estar más ligado a la formación en disciplinas transversales como pueden ser los idiomas, la informática, las técnicas de comunicación y muchas otras.
¿Qué tipos de Formación hay? Educar o formar
Cada uno elige su nivel obviamente, pero yo siempre digo que hay que aplicar la teoría del cinco. Es bien complicado ser el mejor y sacar 10 sobre 10 en todo pero hay determinadas disciplinas en las que hay que tener un mínimo.
Conozco mucha gente que no es un excelente comunicador pero no se puede ser un muy mal comunicador y tener éxito profesional. Al menos debes tener ese cinco, ese aprobado. Lo mismo indico para el tema de la redes sociales.
Y te lo dice uno que ya es madurito y no precisamente un especialista en temas informáticos. Me he reciclado y tratado de estar a la altura de los tiempos como puedes ver en mi blog.
Por eso ahora hablaremos de los tipos de formación que consideramos que pueden valorarse y en que son útiles cada uno.
Tabla 1: Tipos de formación post-graduado: ¿Cómo enfocaría un master hoy en día?
Yo creo que un master debe tener, incluso siendo online, los siguientes enfoques:
Así procuramos enriquecernos unos a otros y generamos unos contactos y una relación que puede ser provechosa para el futuro. Justamente eso que comentaba al principio de que hay que conocer a aquellos a los que les va bien, buscando sus cursos es una forma también de encontrarte con ellos, y aprender no sólo en la parte técnica sino su capacidad de desarrollo profesional y empresarial.
Y ahora te animamos a comentar. Educar o formar