Sevilla, España
Este post no es tan romántico como el del ferrocarril. Es cierto que las mejores despedidas del cine las ha protagonizado una estación de tren. En ellas se ha besado y llorado.
Pero la bicicleta también ha sido testigo y partícipe de grandes momentos en el séptimo arte, ya sea como transporte, medio de trabajo, compañera de andanzas o forma de vida.
Además, la propia evolución en el uso de la bicicleta que venimos notando en nuestro día a día queda también reflejada en la gran pantalla. Así que ahora, bajemos un poco las luces y traigamos palomitas porque empezamos con este tributo a las dos ruedas, ¡qué lo disfrutéis!
Este post lo escribimos Cinta Romero, apasionada de la bicicleta tanto para la movilidad sostenible como para el ocio en bicicleta y yo, un aficionado al cine que a veces pedalea, cuando no puedo correr.
Y antes de pasar a la película, recordemos esta cita de Albert Einstein: “La vida es como la bicicleta, hay que pedalear hacia adelante para no perder el equilibrio”. Asi que continuemos con el artículo.
LA BICICLETA EN EL CINE CLÁSICO
Las primeras películas que nos vienen a la cabeza al pensar en bici y cine son aquellas del cine clásico donde la bicicleta aparece como un auténtico medio de transporte, fundamental no solo para moverse (ir al trabajo o llevar a los niños a la escuela) si no como herramienta de trabajo.
Empezamos con una que nos encanta a los dos. Ladrón de Bicicletas (1948) una película italiana dirigida por Vittorio de Sica. En esta película ambientada en la Roma de la posguerra, Antonio Ricci, un obrero desempleado encuentra trabajo pegando carteles gracias a su bicicleta, que se convertirá en un artículo de primera necesidad para poder tener un trabajo. El primer día pierde su bicicleta y emprende un plan con su familia para recuperarla.
La importancia de la bicicleta en los periodos de guerras y como medio de transporte fundamental también queda reflejada en El Imperio del sol (1984) donde el mundo de Christian Bale se hace un poco más grande gracias a la movilidad que le proporciona la bicicleta.
Otro clásico del cine es la francesa Día de fiesta (1949)donde vemos la importancia de la bicicleta en el ámbito laboral. En este caso como los carteros agilizaron su trabajo gracias a este medio de transporte. Una versión más moderna la tenemos en El cartero de Pablo Neruda (1994) donde Massimo Troisi entregaba en bici las cartas al poeta.
El musical Sonrisas y Lágrimas (1965) dirigida por Robert Wise
La película The Sound of Music encantó a generaciones enteras con sus canciones, sus paisajes y su romántica historia. Es una película que puedes ver muchas veces y ha hecho historia. De hecho, si vas en primavera, verano u otoño si el clima duro de Austria lo permite podrás hacer el tour Sonrisas y Lágrimas en bicicleta. Pasarás por el gazebo del Castillo Hellbrunn (aquel donde cantaban De 16 a 17), Residenplatz donde Sor María canta Tengo confianza en mí y los jardines del Castillo Mirabell donde los personajes cantan el famoso Do-Re-Mi.
Finalmente, aunque de 1997, La vida es bella nos dejará una de las mejores escenas del cine donde la bicicleta es nuevamente un medio de desplazamiento diario. Recordemos esa escena en la que Guido junto con su esposa e hijo van montados en la bici para ir al trabajo y el colegio.
https://www.youtube.com/watch?v=GTkTgFQWQVE
LA BICICLETA EN LAS DÉCADAS DE LOS 80 Y 90
Si viajamos hacia la década de los 80 y 90, la bicicleta sigue protagonizando grandes momentos en el mundo del cine, aunque ya con un cariz diferente. El coche se hace accesible a la mayoría de población posicionándose como el medio de transporte más usado, todas las familias tienen un coche, quedando la bicicleta relegada a un segundo plano, para actividades de ocio y como compañera de juegos de los más pequeños.
La escena por excelencia del cine de los 80 y sí, en esa escena había una bicicleta sobre la que escapa un extraterrestre conocido por todos, es E.T, El extraterrestre (1982). Dirigida por Steven Spielberg marcó a toda una generación. ¿Quién no deseó tener a E.T. como compañero de juego amigo? ¿Quién no les pidió a sus padres una bicicleta después de ver la peli? Y lo más importante, ¿Quién no deseó ser Elliot montado en esa bici que parecía tocar la luna?
Más tarde Los Goonies (1986), otro grupo de amigos se divierten y corren miles de aventuras a lomos de sus bicicletas. Memorable la escena de un joven Josh Brolin robando la bicicleta de su vecina pequeña con catastróficas consecuencias para él.
[gap height=»5″]Otras como La gran aventura de Pee-Wee (1985) una comedia aventurera de Tim Burton que cuenta la historia de un hombre con alma de niño que ama a su bicicleta. Un día que su bici roja y
con toques futuristas no está, y Pee-wee hace todo lo posible por encontrarla.
Podríamos seguir con muchas más películas, pero terminamos este repaso de los 80 con dos de mis favoritas:
Las bicicletas son para el verano (1984), esa maravillosa película de Jaime Chavarri con guión de Lola Salvador que tanto me evoca mi juventud y escrita originalmente por Fernando Fernán Gómez.
Flashdance (1983) con esa canción de “What a feeling” que tanto me gusta cantar en la ducha cuando no me ve nadie (es que me encanta, pero lo hago muy mal). Un ejemplo, de movilidad sostenible, Alex Owens iba en bici a los ensayos.
LA BICICLETA EN CINE ACTUAL
El cine actual también tiene presente a la bicicleta, donde aparece tal como la vemos hoy. La bici vuelve a su origen, se convierte de nuevo en medio de transporte pero ahora con un toque diferencial, moderno y sofisticado. Ni que decir tiene que la bicicleta vuelve a estar de moda con todas las ventajas que ya conocemos (saludable, económica y no contamina).
Uno de los últimos ejemplos del carácter cosmopolita que está adquiriendo la bicicleta lo trae ni más ni menos que Pedro Almodóvar, que en Los amantes pasajeros (2013) rueda una escena en la que una elegante Blanca Suárez baja en una maravillosa bicicleta pasa por debajo del viaducto de Madrid cuando de la nada cae un Smartphone en su cesta.
Otra de cine español es El prado de la estrellas (2007), donde varias historias se entrelazan con un nexo común, un joven que monta en bicicleta desde que su padre le compró la primera con el dinero de la venta de las vacas. Disfrutamos con ese joven de sus recorridos y de los paisajes cántabros.
Ese carácter refinado lo vemos en otra de las favoritas de Cinta, In&Out (1997), una comedia desenfadada sobre algunos estereotipos gays donde el protagonista Kevin Kline, da una lección de pulcritud a la hora de montar en bici y llegar inmaculado a su trabajo en el instituto del pueblo.
Hasta momentos de acción nos ha dado la bicicleta en Ride like hell (Sin frenos) (2012) en la que un mensajero recorre diariamente en su bicicleta el tráfico de la gran manzana, sin embargo, un día tuvo un inconveniente con su última entrega: lo que pensaba que era un servicio rutinario se convierte en una persecución sin límites.
Cerramos este post con la película La Bicicleta Verde (2012) que relata la historia de Wadja, una niña de Arabia Saudita, cuyo deseo es tener una bicicleta para poder ganar a su amigo Abdullah en una carrera, pero su cultura no se lo permite al ver las bicicletas como un peligro para la dignidad de una chica.
Suite Habana (2003)
Ya sabeis que apostamos mucho por Cuba como os cuento en los artículos , especialmente el de Trabajando en Cuba: un país de mucho futuro, asi que no podíamos dejar de citar esta película que se describe con su solo argumento que aparece en su difusión:
Amanece en La Habana. La ciudad despierta y comienza el día. La Habana, hoy, es un punto de referencia para muchos, un misterio para otros y un sueño lleno de contradicciones y contrastes para quienes la aman o la critican. Pero La Habana no es sólo un espacio, una sonoridad, una luz; La Habana es su gente. Y Suite Habana es un día cualquiera en la vida de unos cuantos habaneros corrientes. No hay entrevistas, ni diálogos ni narración; sólo imágenes, sonidos y música para expresar cinematográficamente el día a día de una realidad peculiar y única. Cada uno de los personajes representa la curiosa diversidad de los grupos sociales que se mueven en la ciudad… porque no hay una sola Habana: hay muchas Habanas invisibles y distintas para vivir. (FILMAFFINITY)
Y veréis que muchas de las escenas de la película aparece la bicicleta en sus distintas modalidades.
En definitiva, el mundo del cine no deja de ser un reflejo de nuestra sociedad y, como parte de ella, la bicicleta está presente y evoluciona. Esto ha sido solo un muestra de las principales escenas y películas que entre Cinta y yo hemos podido rescatar. ¿Conocéis alguna más? ¿Cuáles son vuestras favoritas?
Y para terminar, otra cita que nos encanta porque hace referencia a nuestros principios de movilidad sostenible:
“El ciclismo es un importante elemento del futuro. Algo no marcha bien en una sociedad que va en coche al gimnasio” de Bill Nye.