¿Cómo crear ciudad? Desde la reforma a la extensión de las urbes
La Habana, Cuba.
Seguimos con la serie que iniciamos cuyo hilo era lo que denominamos crear ciudad o urbanismo sostenible. En este hablaremos de dos tipos de formas de trabajar en la ciudad principales: por expansión o por reforma. Y veremos que hay dos tipos de reforma y nos centraremos en al más actual, aquella que se orienta a hacer amable la ciudad, más bella, más de todos, más sostenible. Y explicaremos algunos de nuestros casos favoritos.
Este artículo lo he escrito con el Arquitecto Sevillano Pedro Bermúdez
Tipos de actuación
Las ciudades son el resultado de un lento y largo proceso a lo largo del tiempo en los que las acciones de crecimiento y transformación se yuxtaponen y reiteran como si del tápiz de la Homérica Penelope se tratara. Las ciudades se comportan como la virtuosa mujer de Ulises que deshacía por la noche lo que tejía durante del día. Así en nuestras ciudades los procesos de crecimiento son seguidos de procesos de transformación que adecuan la ciudad a las nuevas demandas de los ciudadanos. En este sentido, la clasificación de actuaciones en las ciudades podría ser la siguiente:
- Extensión de la ciudad: un ejemplo bien conocido sería el ensanche Cerdá en Barcelona, en cierta manera es crear una ciudad nueva o una parte de ella. Para el que no lo sepa, el Plan Cerdà fue un plan de ensanche de la ciudad de Barcelona de 1860 con una estructura en cuadrícula. Fue creado por el ingeniero Ildefons Cerdà y su aprobación fue muy polémica pues fue una imposición del gobierno central aunque ahora es el símbolo de uno de los municipios más increíbles de la Península Ibérica. La superficie estaba libre, prácticamente todo fue nuevo, por eso decimos que es una “ciudad nueva”, una extensión de la misma.
- Reforma de la ciudad: En este caso hablamos de actuar en una parte de la ciudad ya desarrollada. Pero hay dos formas:
La que denominamos estructural: Actuar de forma impactante, con nuevos ejes y fuertes reformas en zonas consolidadas. Uno de los antecedentes más conocidos es la Reforma Haussman. Este político y alto funcionario francés tenía objetivos urbanísticos, higiénicos y políticos: quería resolver los problemas de suministro de agua potable a la ciudad y la evacuación de aguas fecales, que contribuían a la difusión de epidemias; pero también pretendía también controlar las frecuentes algaradas políticas y barricadas que aprovechaban las retorcidas y estrechas calles del centro antiguo. Abrió avenidas rectilíneas y bulevares arbolados, y nuevas calles para conectar las estaciones de ferrocarril situadas en la periferia, para lo cual se demolieron barrios enteros de la ciudad medieval. Hizo construir acueductos y una red de alcantarillado. Completó la reforma con pequeños parques distribuidos por toda la ciudad y dos monumentales situados en los antiguos cotos reales de caza. Puede que la forma en que se hizo fuese un poco violenta, pero la calidad de la reforma es indudable.
- También de la misma época de la de Cerdá, segunda mitad del XIX. Los trabajos se llevaron a cabo en toda la ciudad, tanto en el corazón de París, como en los barrios periféricos:
- calles y bulevares,
- restauración de fachadas,
- remodelación de los espacios verdes,
- mobiliario urbano,
- creación de un alcantarillado
- y trabajos de conservación en monumentos públicos.
Este tipo de reformas estructurales también fueron fueron muy habituales en España en los últimos 30 años y se acometieron grandes obras, bien ambiciosas.
- El segundo tipo es el que podemos denominar reforma amable: Tratan de embellecer la ciudad sin grandes actuaciones infraestructurales buscando la mejora ambiental y la rehabilitación.El fuego destruyó ni más ni menos 13 200 casas, 87 iglesias parroquiales, 44 salones y casi 100.000 personas en aquella época quedaron sin hogar Luego hablaremos de casos bien conocidos en España como son el de la calle Fuencarral de Madrid, la avenida de la Constitución en Sevilla y la calle Torneo en la misma ciudad. Aquí adelantamos que en nuestra opinión, la de Londres tras el tremendo incendio de 1666 que destruyó la ciudad fue el gran antecedente de este tipo de reformas. Es verdad que fue casi una nueva ciudad, pero se hizo con criterios “higienistas” con parques y una visión de futuro pensando en hacer mejor la ciudad para sus habitantes.
De este mismo criterio amable se puede destacar la reforma urbana de la Viena de inicios del siglo XX aprovechando la construcción del Metro.
¿Por qué se han dejado de hacer en España reformas estructurales?
Por varias razones:
- Probablemente, una es porque ya no son tan necesarias, se han hecho muchas y las ciudades están ya mejor “pertrechadas” de infraestructuras y grandes avenidas.
- También porque estamos en tiempos de escasez de recursos y estas reformas son más caras.
- Finalmente, porque ya no están tan bien vistas, porque apoyaron en gran medida al coche (crecieron estas reformas con la motorización) y generaban otros impactos visuales y ambientales.
Por eso nos vamos a centrar en contar casos de las reformas amables, más recientes, más de moda.
Algunos casos ilustrativos
- Calle Torneo de Sevilla, es ahora una avenida amplia, junto al río que ahora es accesible y maravilloso. Antes pasaba el tren y esa barrera no nos permitía llegar a él. Con la perspectiva de los años, quizás tiene demasiado viario, pero en las fotos se puede ver cómo mejoró la ciudad:
- Calle Fuencarral de Madrid, un buen ejemplo de esas peatonalizaciones que hablábamos en el post de ¿Por qué se peatonaliza una calle?. Quien lo iba a decir, parecía imprescindible para el tráfico, un eje clave con aceras estrechas. Todo funciona ahora mejor y el comercio ha resurgido. Y Chueca es más accesible desde la puerta del Sol, la ciudad esta más unida. Quizás se podría haber completado con actuaciones en vías del entorno, ampliando algunas aceras en el barrio tradicional.
- Avenida de la Constitución de Sevilla, aquí se nos ve donde vivimos. Este eje clave del centro de la ciudad, donde está la Catedral, el Archivo de Indias, etc, estaba invadido por coches y buses. Hubo muchos planes de peatonalizarla durante los 80 y 90 pero hasta que no se decidió el municipio y la Junta a meter un tranvía (muy de moda entre los políticos del país), ninguna corporación se atrevió a llevarlo a cabo. Hoy es una vía con un dinamismo, ha mejorado el estado de la Catedral, su color, da gusto pasear por ella.
Hay otros muchos casos que podríamos citar como las reformas de las barriadas de los 60 en Zaragoza en los que se está recuperando el espacio público, el plan especial del río manzanares y muchos otros. Pero ya hablaremos de ellos en otro momento. También hablaremos de dónde, cómo y cuándo se debe hacer estas reformas amables.
Y ahora animamos a los lectores a hablar de su caso preferido.
Este artículo ha sido redactado por Pedro Bermúdez y Julián Sastre.

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Interesante artículo de ambos especialistas, os felicito. Evidentemente una actuación a nivel urbano lleva consigo una serie de riesgos, los cuales deben ser consensuados entre los promotores como con los afectados (la sociedad) Pero muchas veces pienso que se deben tomar decisiones en un momento y en un sitio determinado que vaya en contra de las opiniones de los vecinos, entidades públicas o privadas, gremiales, federaciones, etc, etc, ya que ellos no tienen la concepción y el manejo del espacio y los resultados que se darán a corto o largo plazo, que los encargados de hacer ciudad lo tenemos, y que al final la actuación se verá reflejada en el bienestar de toda la sociedad.
Una de las actuaciones preferidas que tengo, es la realizada en el canal del río Cheonggyecheon, Seúl, Corea del Sur.
La verdad es que comentas un tema muy importante y es el de la participación ciudadana en los proyectos. En mi opinión es muy importante escuchar a los actores y eso no va en detrimento de que las decisiones deben tomarlas los técnicos y gestores municipales (o de la Administración que corresponda). Hablaremos de ello en próximos post.
El caso que mencionas es, desde luego emblemático y merece la pena estudiarlo como caso de buenas prácticas. Gracias por esta magnífica sugerencia.
[…] comente en el post anterior que los proyectos de transporte y de movilidad deben ser parte del proyecto de crear […]
Buenos días, como sevillano quería ser algo crítico de los ejemplos que mencionan sobre actuaciones urbanas “amables” en Sevilla, ya que en los tres casos considero que aunque en los tres casos supusieron una mejora evidente sobre la situación anterior, el resultado podría haber sido mucho mejor, sin invertir más recursos.
En Torneo, se eliminó la muralla y las vías del tren, pero la zona sigue estando casi abandonada en todo su recorrido veinte años después, con poco aprovechamiento por parte de los sevillanos. El excesivo ancho del viario final puede ser una de las causas de que el “muro” siga existiendo en la práctica, pero no la única.
En la Avenida de la Constitución, se eliminó el tráfico privado pero también los árboles de sombra, dejando una calle excesivamente “dura”. Además se decidió poner un tranvía, porque era la nueva moda de esos años, que resultó que no podía penetrar en el Centro a partir de la Plaza Nueva, dejándolo descolgado del resto de la ciudad.
En estos y otros casos de reformas en Sevilla de los últimos años, el que el resultado pueda venderse como un éxito creo que es más gracias a que el entorno sobre el que se han realizado ya era espectacular de por sí, que a la buena planificación que hubiera en cada caso.
Creo que lo ejemplificante de los casos es la capacidad de revertir situaciones previas en favor del ciudadano y más concretamente del peatón. La implantación de usos, el ferroviario en el caso de la calle Torneo o el tráfico en la Avenida, degradaban el entorno con sus ruidos y molestias e impedían cualquier tipo de actividad de esparcimiento y encuentro. Estos dos espacios son hoy ampliamente utilizados por los ciudadanos. La Avenida se ha convertido en le salón de la ciudad, los visitantes acuden a él y desde este punto se adentran en los monumentos más emblemáticos de la ciudad. En el caso de Torneo, especialmente el paseo bajo a lo largo del río, es un lugar donde el paseo, el deporte, el juego de niños o la pesca justifica por si sólo la actuación realizada.
Estoy contigo en que algunos cambios de diseño harían los espacios aun más habitables. La mejora de sombra en el caso de la Avenida o favorecer la permeabilidad transversal en el caso de la calle Torneo harían más cómoda la estancia en esos lugares.
Las ciudades se hacen y deshacen y continuamente. Pero una vez ganados esos espacios para el peatón, estoy seguro que será más sencillo el implementar las acciones necesarias para aumentar su habitabilidad.
Buenos días,
No dudaba que la situación ha mejorado mucho, y que mejorarla en el futuro será mucho más fácil que antes de la ejecución de las inversiones principales. Lo que comentaba es que en ambos casos a la actuaciones le faltaba “algo” para considerarse éxito. No los comparo con la situación anterior sino con lo que el potencial que ambas zonas tienen.
En el caso de Torneo me llama siempre la atención toda la gente que cruza el río, y por tanto el viario, la ribera y el propio río, para ir a disfrutar del Parque del Alamillo, en vez de quedarse en la ribera, que siempre veo casi vacía, a pesar de su situación más próxima al núcleo urbano y de ofrecer el paisaje del río; tampoco el lado urbano y construido de la ribera se ha desarrollado como eje económico y de ocio de la ciudad en estos años (por ejemplo, en la foto del blog no se ve ni un sólo peatón). No es tanto sólo un problema de permeabilidad, sino que considero que al diseño de la Avenida aún le falta “algo” para convertirse en el equivalente en Sevilla al paseo marítimo de muchas ciudades costeras.
En la Constitución pasa algo parecido, dado el entorno urbano en el que está situada y siendo el acceso principal al centro histórico es casi imposible que cualquier diseño no tenga afluencia de público y se pueda considerar un éxito, pero no son las Ramblas de Barcelona. En este caso, en gran parte creo que es por las limitaciones que le impone el tranvía y por la falta de arbolado (de nuevo y como simple ejemplo, en la foto que aparece en el blog se ve a todos los peatones en la zona de sombra, mientras más de la mitad de la calle permanece desierta).
Pedro, Raul, gracias por este interesante intercambio de comentarios. Mi impresión, que probablemente comparto con Pedro que lo ha vivido de cerca, es que a pesar de que siempre se podría haber hecho un proyecto mejor, el cambio con esos proyectos ya se ha dado, la ciudad ha mejorado y mucho con ellos. Las ciudades tienen sus singularidades que las hacen distintas a todas las demás. Y los proyectos no son siempre perfectos y menos los urbanos que necesitan “encajarse” dentro de un entorno , en unas condiciones de la historia de la ciudad y teniendo en cuenta a múltiples actores que la compartes. Escribiremos mucho más sobre estos temas.
Gracias a vosotros,
Creo que me faltó resaltar más en mis comentarios que el pensar que en ambos casos piense que el resultado no haya alcanzado el potencial que tenían, no quiere decir que ambos proyectos no estuvieran bien enfocados y no hayan mejorado Sevilla.
También que, pasados diez años y viendo los resultados, es muy fácil ser crítico con algo tan difícil como un proyecto urbano, en el que como dices hay tantos factores externos que determinan el éxito del mismo.
[…] en temas de ciudades sin coche. Ya hemos escrito algunos artículos juntos como el de la Reforma Urbana. Y nos habla de un tipo de proyecto muy novedoso de movilidad sostenible, las ciudades sin […]
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