Badajoz, España.

Entre finales de Julio y principios de Agosto María Cuello y yo estuvimos recorriendo Bolivia y trabajando en Salta (Argentina) y comimos tan bien y variado que decidimos hacer un artículo sobre ello.

Esta vez, introducimos una innovación, en vez del clásico artículo, nos entrevistamos sobre gastronomía Boliviana y Argentina.

Este tipo de información es vital para cualquier consultor que quiera comer bien en los viajes a estas tierras.

La gastronomía Boliviana y Argentina desde el punto de vista de dos consultores Andaluces

Los que vivimos en Andalucía, tenemos costumbres muy especiales, y eso nos hace tener un punto de vista diferente sobre la gastronomía.

Por ejemplo, estamos acostumbrados a compartir los platos. En el inicio del viaje le dije a María: ni compartiendo acabaremos con ellos. Veremos lo que nos cuenta.

Ya tenemos oficina en estos países y bastante trabajo, en especial, cursos y Planes de Movilidad Sostenible así que empezamos a ser expertos en la zona.

Y tienen la misma buena costumbre que en España: el momento de comer es para disfrutar con buena comida y con buena compañía.

Pero mejor esto lo contamos en nuestra entrevista.

María, ¿cómo fue tu primer Silpancho?

 No lo olvidaré nunca, era mi primer viaje a Bolivia, llegamos a las 3:30 de la mañana a Santa Cruz de la Sierra un inolvidable 27 de Julio de 2015. Y a las 8 ya volábamos a Cochabamba donde teníamos la primera reunión pues estábamos supervisando el Plan de Bicicletas de la ciudad dando apoyo a la Municipalidad y a Swisscontact.

Despues de varias reuniones y recorrido en campo, almorzamos, como no, en Casa de Campo con Freddy Koch, Director de Swisscontact y Waldo Anaguaya, conocido consultor boliviano.

Compartimos un Silpancho y una ensalada: El Sillp’anchu (voz quechua significa aplanada y delgada) es una plato típico de Bolivia, más exactamente del departamento de Cochabamba.

Se compone de arroz, papas, una lonja circular y enorme de carne de vaca empanada y frita que cubre la mayor parte del plato, y uno o dos huevos.

Naturalmente, sobró la mitad, menos mal que me habías avisado que aquí los platos eran enormes.

Y de allí, al aeropuerto para viajar hacia Sucre…

Julián, tú que has viajado mucho, ¿cómo ves nuestra experiencia gastronómica en Sucre?

Pues voy a destacar las dos cenas que disfrutamos allí:

• La primera fue en el Florín, lo encontramos por casualidad, ¿verdad? Íbamos con Franco Soliz de Swisscontact y dijimos, este sitio tiene buena pinta y luego vimos el buhito de Tripadvisor. Tomamos justo lo que necesitábamos: tu primer vino boliviano, un trivarietal de Campos de Solana (si mal no recuerdo) y una ensaladita.
• La segunda fue ya pura recomendación de Tripadvisor: supuestamente el mejor Pique Macho. Es un plato muy popular que consiste en trozos de carne de res en su jugo y salchichas fritas acompañados de papas fritas, huevo, rodajas de pimiento y tomate. Se adicionan salsas para acompañar. Efectivamente, estaba bien bueno. Lo tomamos en el Red Lion, el típico pub irlandés con buena musiquita de fondo. La bodega era discreta, pero lo pasamos bien.

Y llegamos a Tarija, la Andalucía de Bolivia, donde nos recuerda a nuestra Sevilla del alma, con su Río Guadalquivir, su gente amable y su saber vivir.

María, aquí pasamos unos días con el curso, ¿qué destacarías?

 Difícil me lo pones, Julián. Me voy a quedar con las sopitas del Restaurante Marqués, uno de los de la plaza. Yo es que soy muy sopera. Y que acompañamos bien con el Aranjuez Cabernet-Sauvignon.

Aunque tampoco estuvo nada mal la carne (un cuadril de buen corte, excelente) y las ensaladas del Fogón del Gringo.

¿Y tú, Julián, que destacarías de Tarija?

Pues yo, no se si es políticamente correcto, jajaja, pero destacaría la cena en casa del Alcalde Rodrigo Paz, que nos “vendió” muy bien los productos tarijeños:

• Excelentes vinos (demasiados para recordarlos todos)
• Jamón de la zona pero cortado como solemos en Sevilla.
• Quesos de cabra tarijeños
• Chorizo algo picante español
• Y una maravillosa tortilla española de esas que recuerdan a casa y que tanto precisa el multiemigrante como yo.

De todas formas, hay que citar en Tarija un clásico como el Gatopardo, que tampoco estuvo mal las veces que fuimos.

Nos fuimos a Salta por carretera con los de Dragón Rojo, una experiencia única con un conductor venezolano que se creía el Fernando Alonso caraqueño y que se pasó el viaje contándonos que el fin del mundo era el mes siguiente y hablando de los delincuentes andaluces que colonizaron Tarija 500 años atrás.

A ver, María, ¿qué piensas de las empanadillas y las salteñas?

 Pues de las que probé en el viaje, no se si quedarme con las de Bolivia o Salta, ¡qué buenas!

En Salta recuerdo las del patio de la empanada, un lugar muy popular y divertido y la de la Adelina, excelente restaurante donde tomé una de llama, la primera vez que probaba este animalito, snif, snif, tan simpático.

Pero me gustan más al horno que fritas. Y sobre todo las de carne. En especial la del Hotel Los Parrales de Tarija, una salteña que me supo a gloria.

Julián, tú que te quedaste toda la semana, ¿qué me dices?

Pues me lo pones difícil, pero te hago un resumen de algunos destacados:

• Que Mama, buena pasta aunque nada comparable con el Adelina que has mencionado, donde nos tomamos unos sorrentinos de lujo. Si tengo que quedarme con alguno en Salta es con el Adelina.  [Tweet «Y siempre digo lo mismo, la mejor pasta del mundo, la argentina»] (otra cosa políticamente incorrecta del post, jajaja).

• La Candelaria, te ponen carne hasta que ya no puedes más. Me gustó mucho y el vino que tomamos me pareció excelente, el Aumata de la foto. Pero me pareció caro y no me gustó que en un sitio tan especial no admitan pagar con tarjeta ni te pongan café.

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• De La Posta, destaco su bife de chorizo y la espectacularidad de su horno tradicional que podemos ver en la foto.

• También puedo destacar el Monumental (carnes, empanadas y pastas como en buen restaurante argentino) y La Peña Aruma, donde puedes cenar escuchando buena música, por ejemplo al gran Hermógenes Quipildor.

• Y uno muy diferente, el Restaurante Bartz, auténticamente Gourmet. Allí probé los vinos de Cafayate, un blanco Torrontés afrutado que acompañó excelentemente a la exquisita comida.

 Bueno, por esta vez terminamos el artículo, pero prometemos más, me da que nos quedan unos años de consultoría por el mundo.

María, ¿alguna recomendación final para los lectores?

 Sí, claro, dos tengo:

• Que no dejen de visitar nuestros lectores estos países (Bolivia y Argentina). En especial Bolivia ahora que todavía no es un destino demasiado turístico y no solo por su comida, que como veis es espectacular, sino sobre todo por su gente: cariñosa, amable y muy acogedora. Ha sido un gran descubrimiento para mí.
• La otra, para Bolivia: los jugos naturales de papaya, de piña, durazno, y muchos más.

Pues con esto, toca a los lectores comentar. Tenemos algunos seguidores en el blog argentinos y bolivianos a los que espero escuchar sugiriendo otros sitios o criticando nuestros gustos.

Así que ¿cuál es vuestra experiencia con la comida boliviana y argentina?

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