Pues sí, ya han pasado 30 años desde que llegué a Sevilla. Fue abril de 1989.
Después de tres años en el Consorcio de Transportes de Madrid, aprovechando la oportunidad que generaba el trabajo de la Expo 92 me vine a Sevilla.
Llegué el 1 de abril, con muchas ganas de trabajar. Me vine a Sevilla con mi mujer y mi hija mayor que, entonces, tenía un año. Tuvimos una intensa vida de trabajo y ocio hasta la Expo, año en el que nació mi hija Pilar, mi chiquitina.
Seguí trabajando por cuenta ajena y rechazando ofertas para vivir en Madrid. Estábamos enamorados de una ciudad que nos daba calidez, trabajo y calidad de vida.
Y ahora Sevilla es mi ciudad, y es donde me siento en casa, aunque nací en Madrid. Aquí vivo y aquí está mi familia, mis hijas viven también aquí después de haber conocido mucho mundo.
Sevilla es una ciudad monumental, con buen clima (excepto en verano), con gente maravillosa, donde se sabe vivir, pero también donde se apuesta por la movilidad sostenible. Hay grandes logros como ya he contado en mi artículo en el correo de Andalucía.
Hemos visto mejorar Sevilla con los años en todos los sentidos y desde luego desde el punto de vista de movilidad sostenible.
Suelo hacer recorridos turísticos-técnicos con los amigos de otras ciudades y países que me visitan, siempre os espero. Y por supuesto en la Feria, no me la pierdo con mi hija Pilar.
Por eso, con este pequeño artículo, hago mi homenaje personal a la ciudad de donde me siento y cuya gente me acogió estupendamente en su momento.