Si nos aventuramos a buscar en Internet información sobre los coches y el calor encontraremos que el 99,9% de las entradas están referidas al calentamiento del motor, al calor en el interior de los coches, a qué temperatura debe estar para un óptimo funcionamiento, a los sistemas de refrigeración, al aire acondicionado, a trucos para enfriarlo antes de subir si ha estado al sol, etc. Por el contrario, vamos a encontrar pocos datos acerca del calor generado por un coche en movimiento, o por uno parado al sol por el calentamiento de su superficie. No se considera que sea una información de interés. Para reflexionar sobre esto, cuento con Paula Fraile de Consultora ALOMON
Fuente: diariosur.es
Dado que la superficie urbana dedicada al automóvil en nuestras ciudades es enorme, entre un 60% y un 70% del espacio público está ocupado por los coches, nosotros sí consideramos que el que generan es un dato de interés.
En España los coches ocupan una superficie de 297 km cuadrados (este dato es una estimación obtenida a partir del parque de vehículos de 2020, y teniendo en cuenta una superficie de ocupación de un turismo de 12 m2). Por ejemplo, Liechtenstein, uno de los países más pequeños de Europa, ocupa 160 km2, o Malta, el país más pequeño de la Unión Europea, ocupa 316 km2. Ambos quedarían ocupados o casi ocupados por los coches españoles. Debido a su reducida extensión, las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla son los territorios en los que el coche ocupa una mayor superficie, 2,5% y 4% de su superficie respectivamente. Le siguen Madrid y Barcelona, con un 0,6% y un 0,4% de su superficie provincial respectivamente. Como dato de referencia apuntamos que los espacios verdes de Madrid ocupan un 0,7% de la superficie provincial.
Pero volvamos al calor. La Agencia Estatal de Meteorología hizo público en septiembre que el pasado verano meteorológico (junio, julio y agosto de 2022) en España resultó ser el más cálido de su serie, iniciada en 1961. Así, este verano hemos podido comprobar por absoluta necesidad algo que ya sabíamos: que las calles con árboles son más frescas que las que no los tienen. Pero, además, al margen de los árboles, hemos podido comprobar que, a una misma presencia de árboles, si la calle no tiene tráfico es más fresca aún. De esto no disponemos de mediciones ni datos numéricos, tan solo de nuestras propias sensaciones corporales.
Hemos corroborado que sí hay una gran cantidad de datos sobre el calentamiento intrínseco de los coches, por lo que es lícito pensar que parte de ese calor, si no todo, debe salir al exterior produciéndose un intercambio de temperatura entre el coche y el entorno: el coche se enfría y el entorno se calienta. De hecho, la eficiencia del coche es alrededor del 2%, es decir, el 98% de la energía que entra se pierde, bien en forma de calor o bien para mover el propio coche más las personas que van dentro.
Fuente: energianow.com
Estamos hablando de que la totalidad del espacio urbano ocupado por el coche se calienta por acción directa del intercambio de temperatura. Si además atendemos a las diferencias de temperatura existentes entre el asfalto, medio por el que circulan los coches, y otras superficies al sol, éstas pueden llegar a ser de 30 ºC. Algo similar ocurre con los coches, que pueden llegar a convertirse en verdaderos hornos con más de 65ºC al sol.
Fuente: lariojameteo.es
Por lo tanto, además de emisiones directas, y emisiones por el consumo energético, el coche transfiere calor, contribuyendo de forma decisiva a las islas de calor que se producen en las ciudades. Nada de esto ayuda a la lucha contra el cambio climático….
Como ejemplo de esa transferencia de calor, el Instituto de Ciencia y Tecnología de Gwangju (GIST) en Corea del Sur ha diseñado un dispositivo capaz de enfriar el interior de un coche en más de 13 grados en pocos minutos, expulsando ese calor a la atmósfera.
Un estudio de la Universidad de Electro-Comunicaciones de Tokio (Japón), replicó a partir de modelos la influencia de los coches en el calor de la capital japonesa y concluyó que el volumen de calor que expulsaban los vehículos en movimiento era notablemente más alto que el de los que estaban aparcados. Además, en autovías y carreteras de circunvalación, el calor que irradiaban los coches en marcha era mayor.
Otro estudio publicado en la revista Nature concluyó que con una reducción del tráfico a la mitad en los 20 días que duraron los Juegos Olímpicos de Pekín en 2008, disminuyó la temperatura entre 1,5 ºC y 2,4 ºC en la capital China. Asimismo, esta bajada en las temperaturas de la superficie se extendió en alrededor de 820 km2, según el estudio.
Por tanto, y para finalizar, quisiéramos invitar a la siguiente reflexión: debe ser materia de las políticas de movilidad sostenible recuperar el espacio ocupado por el coche para facilitar la movilidad activa y el transporte público, pero también para disminuir la temperatura de nuestras ciudades como medida frente al cambio climático. Menos coches es sinónimo de menos calor. Si bien en este sentido los árboles y las cubiertas vegetales juegan el papel más importante (no es competencia directa de un plan de movilidad), también es muy importante reducir el número de coches en las ciudades, y eso sí forma parte de las propuestas en materia de movilidad sostenible.
Esperamos tus comentarios.