La situación de las capitales andaluzas con respecto a los kilómetros de carril bici es bastante heterogénea. Cádiz y Jaén, por ejemplo, disponen de 10,38 y 15,89 kilómetros respectivamente, mientras que Córdoba y Málaga tienen 62,39 y 69,74 kilómetros y Sevilla tiene 138 kilómetros, 243 si se considera el área metropolitana. Es decir, el desarrollo de las redes urbanas de carriles bici y la adaptación de las redes de transporte al uso de la bicicleta está muy lejos de tener un desarrollo homogéneo en Andalucía.
De hecho, la implantación del Plan Andaluz de la Bicicleta (PAB) está siendo, por ejemplo, un quebradero de cabeza en una de las grandes ciudades andaluzas, Granada, que parece que va a ser la única ciudad de Andalucía, junto con Jaén, sin construir carriles bici. El problema fundamental, en palabras del alcalde, es que “Granada es una ciudad muy distinta a Sevilla”, con calles muy empinadas y estrechas. De hecho, señala que es “un riesgo de tráfico con el que los técnicos no están de acuerdo porque hay mucho peligro”. La concejala de Movilidad señala que el PAB “responde a un modelo sevillano que difícilmente puede aplicarse en Granada”. En Sevilla las avenidas son amplias, pero en Granada “los carriles bici no caben en el centro histórico”.
El Ayuntamiento de Granada, de hecho, apuesta por un modelo con dos tipologías de vías:
- “vías con carril segregado”. Los tradicionales carriles bici, que necesitan obras para su implantación. Actualmente Granada tiene unos 34 km de carril bici.
- “vías en coexistencia con los vehículos”. Que son carriles no exclusivamente para bicicletas, pensados “para los barrios granadinos que no admiten carriles segregados por la reducida dimensión de sus calles”.
Y desde el Ayuntamiento se explica que “la segregación del carril-bici, según las ultimas tendencias, no resulta necesaria más que en vías con alta intensidad de vehículos y alta velocidad permitida, con el objetivo de asegurar a los ciclistas. En el resto de calles siempre que el trafico sea calmado, deben coexistir bicicletas y demás vehículos”.
El debate está servido. ¿Es posible el carril bici en Granada? ¿Es peligroso? ¿Es necesario? ¿Puede desarrollarse un hábito de transporte en bicicleta sin carriles bici? ¿Cuánto influye o debe influir la tipología de la ciudad en la red de carril bici? ¿Y en el desarrollo de los sistemas de bicicleta pública? ¿Qué alternativas existen a los carriles bici tradicionales?
De hecho, Granada no posee aún tampoco un sistema de bicicleta pública, que en su caso particular quizá sería además muy interesante también desde el punto de vista turístico. Granada, que es un núcleo turístico de importancia indudable en Andalucía, ofrece un tipo de turismo peatonal y de distancias cortas que podría ajustarse muy bien a hacerse en bicicleta. Pero, ¿se puede crear un sistema de bicicleta pública eficiente sin una red de carriles bici? ¿Qué se puede hacer en las ciudades de calles estrechas?