El transporte público sólo es atractivo para el ciclista si es realmente intermodal y accesible para la bicicleta. Hoy retomamos el tema de la intermodalidad porque, en la Jornada de la Bicicleta en la UPO, generó mucho interés y debate. Queremos analizar un poco más en profundidad ejemplos en los que la bicicleta privada y al autobús público estén conectados para asegurar una auténtica y competitiva movilidad.

Ya dedicamos un post a analizar cómo era la intermodalidad [MC1]  en nuestras ciudades desde el punto de vista de la bicicleta. En él vimos que el 20% de los viajes en bici son intermodales (con algunas variaciones en función de la ciudad) principalmente con el autobús interurbano y que por tanto una de las medidas para fomentar la intermodalidad sería poder transportar la bici en los medios de transporte públicos colectivos.

Hoy día hay muchos y muy buenos ejemplos que facilitan la intermodalidad bici+bus a través de aparcamientos para bicicletas privadas en las estaciones de autobús, como ocurre con el Servicio Busbici del Consorcio de Transportes de sevilla o con sistemas de bicicletas públicas vinculadas a los consorcios metropolitanos de transporte como MálagaBici. Poder llevar una bicicleta en el autobús es un tema complejo y no hay soluciones excelentes, si acaso alternativas no plenamente satisfactorias.

• La experiencia española:

En la mayoría de los casos, los autobuses no consideran ningún sistema de momento viable, aparte de las habituales bodegas de los autobuses de largo recorrido, en los que se transportan las bicis como cualquier equipaje.

Se permite el acceso a los autobuses urbanos y metropolitanos con bicicletas plegadas con el tamaño equivalente a un equipaje de mano y además con restricciones. En autobús interurbano tanto las plegables como las no plegables, deben ir empaquetadas en la bodega, y siempre a discreción del conductor.

También hay unos anclajes anteriores o posteriores, pero con poca aplicación en redes europeas, veamos algunos ejemplos:

En Suiza son frecuentes los autobuses interubanos con soportes para bicicletas en la parte de atrás. Es ahí donde consideran que está el mayor potencial para la bicicleta. Los autobuses urbanos tienen limitaciones de espacio y están destinados a trayectos parecidos a la bicicleta.

• En algunas ciudades como Viena, prohíben las bicicletas en autobuses pero las permiten en el tranvía bajo algunas circunstancias y en el metro están totalmente aceptadas.

En EEUU hay numerosas redes de bus que permiten llevar la bicicleta colgada en la parte delantera, como muestra la imagen.

• Algunos autobuses franceses incorporan un espacio interior para bicicleta, pero para pocas unidades y en algunas ciudades, no está generalizado.

• En Londres ya están pensando en proyectos de futuro para 2030: Bicicletas que generan energía, autobuses eléctricos que se alimentan de las bicis y paradas de bus en forma de árbol donde ‘colgar’ los vehículos de dos ruedas.

 ¿Cuáles son los principales problemas de estos sistemas?:

• En los autobuses interurbanos, ya cada vez se usan menos las bodegas ni maleteros (al ser piso bajo o semibajo), por lo que no hay ningún sitio donde almacenarlas, además hay que desmontar la rueda delantera y llevarla empaquetada.
• El tiempo de anclarlas en la parte posterior o anterior puede entorpecer completamente la regularidad de la línea.
• Hay otra solución que es un remolque en el que se colocan las bicis. Esta es una de las soluciones más factibles, pero de nuevo está el tema del tiempo de sujeción que en las horas punta los días de diario puede ser un problema. Esta solución puede ser más planteable en fines de semana y/o a determinadas horas.
• ¿Quién se hace responsable del robo de la bicicleta? Ya vayan delante, detrás o en bodega debe haber un sistema de seguridad que impida que cualquier viajero se lleve una bici que no sea suya. Esto puede aumentar el tiempo en parada.

¿Cuál es la situación actual? No se permiten bicicletas no plegadas en los autobuses (no hay donde llevarlas básicamente), e incluso para las plegadas depende del operador. Aquí se podría ser más contundentes para permitir las plegadas a todas horas (son apoyo de movilidad obligada y plegadas son como cualquier otro paquete o bolsa transportable….), siempre que no molesten o impidan el paso.

Creemos que hay todavía mucho que investigar sobre este tema, la bicicleta y el transporte público son claramente complementarios y nunca competitivos y el futuro de la intermodalidad en nuestras ciudades pasa por combinarlos. Permitiendo a los ciclistas acceder en condiciones al Metro, a los autobuses o al tren, se aumenta su autonomía, reforzando la dimensión social del transporte público, proporcionando a los usuarios una nueva alternativa al automóvil.

¿Qué opinan nuestros lectores? ¿Sería bueno realizar algún estudio sobre las posibilidades de implementar un sistema eficaz para el transporte de bicicletas en autobús en nuestro país? ¿Conoce casos realmente prácticos que podrían servir de inspiración para desarrollar sistemas similares en nuestros autobuses?