Como hemos visto a lo largo de una serie de post dedicados al diseño de vías ciclista, las ciclovías que sólo están separadas de los vehículos por una línea no son seguras como sí lo son aquellas que están aisladas por estacionamientos u obstáculos. Sin embargo, en cualquiera de los dos casos, las intersecciones son un tema que aún no se resuelve de manera segura.
Hoy vamos a ver un diseño para las intersecciones en las redes de ciclovías de las ciudades que proporcionan viajes más eficientes y seguros. Este diseño propuesto por la asociación norteamericana NACTO (Asociación Nacional de Funcionarios de Transporte de Ciudad) se basa en seis principios que pretenden orientar el diseño de una intersección. El objetivo de estos principios es aprovechar el espacio vial disponible, mejorar la seguridad durante los desplazamientos de los distintos usuarios y desarrollar una visión de largo plazo. Estos principios son:
• El diseño de las intersecciones debe ser lo más compacto posible: Este principio hace posible que, por un lado, aumente la visibilidad para todos los usuarios del espacio vial y que, por otro, disminuya la exposición de los peatones y de los ciclistas a los puntos de conflicto con los vehículos motorizados. Asimismo, facilita la reducción del número de pistas en las que estén permitido girar y con ello permite que en vez de tener una intersección de gran tamaño, los puntos de encuentro entre varias vías esté distribuidos en intersecciones más pequeñas. Por último, permite que el diseño de los cruces se realice de acuerdo al movimiento de los peatones.
• Analizar las intersecciones como parte de una red y no de manera aislada: Cuando se quiere intervenir una intersección que es vista como un punto conflictivo, es necesario ver qué la capacidad y el volumen del tráfico en su totalidad, debido a que de esta manera es posible identificar en qué sectores es viable hacer mitigaciones.
• Integrar el espacio y el tiempo: En vez de ampliar una intersección mediante la construcción de nuevas pistas, NACTO considera que una alternativa es reconfigurar el tiempo de los semáforos.
• Las intersecciones comparten espacios: Si una intersección es vista como un punto conflictivo, esta situación no debe abarcar únicamente a un modo de movilidad en particular, sino que a todos los que transitan por ahí, ya sea a pie, en bicicleta o automóvil. Por esta razón, el diseño de una intersección se debe hacer mediante la integración de todos los modos de una manera segura.
• Utilizar el exceso de espacio como espacio público: Hacer más atractiva y segura la experiencia en el espacio público es posible mediante la habilitación de nuevos espacios públicos que muchas veces pueden ser pequeñas plazas.
• Diseño para el futuro: Las decisiones involucradas en el diseño de una nueva intersección o en el rediseño de una que es conflictiva para sus usuarios es posible hacerlo mediante una visión de largo plazo. Así será posible integrar desde un principio ciertos factores que en los años o décadas siguientes pueden ser decisivos, como la demanda proyectada y los usos de suelo.
Vamos a verlo con un ejemplo: tenemos una intersección con los giros a derecha permitidos, con cruces peatonales y carriles bici de sentido único a cada lado de la vía, como se muestra en el esquema de la figura adjunta:
Figura Nº 1: Ejemplo de intersección tipo con giros permitidos a derecha. Fuente: Elaboración propia
El problema de este tipo de intersecciones es, como vimos en el post anterior “En busca de la intersección perfecta ” la falta de visibilidad del ciclista ya que este se sitúa en el ángulo muerto del automóvil.
Figura Nº 2: Mala visibilidad entre el vehículo y el ciclista en el giro a la derecha. Fuente: Elaboración propia.
La solución básica consiste en el uso de unos bordillos o isletas separadores del carril bici, desviando al ciclista ligeramente a la derecha de forma que el automóvil no pueda invadir el carril bici. Además el automóvil dispone de más visibilidad para percibir donde se encuentra el ciclista. Es decir, debemos:
• Construir orejas en las esquinas de las calles para ampliar el acerado y configurar un refugio para el ciclista, además se reduce el cruce para los peatones y permite no sólo que esperen a cruzar de forma más segura, sino que los vehículos al doblar siempre los tengan a la vista.
• Construir una isleta al final de la oreja de manera que el ciclista quede protegido.
• Separar los cruces de los ciclistas y de los peatones en las esquinas. Visto desde el centro de la intersección, el cruce para bicicletas es el más cercano.
• Poner señales de tráfico para los ciclistas, stop antes del cruce de la vía y reducción de velocidad y peligro al aproximarse a un cruce peatonal. Incluir elementos como el color, las medianas, detección de señales y marcas en el pavimento.
Figura Nº 3: Diseño de una intersección segura. Fuente: Elaboración propia
En definitiva se trata de reducir los conflictos entre ciclistas y vehículos aumentando el nivel de visibilidad, es decir facilitando el contacto visual entre automóvil y ciclista, de reducir los conflictos entre ciclistas y peatones, evitar las maniobras o los recorridos excesivos para los ciclistas y de reducir el tiempo de espera de ciclistas, dándoles prioridad de paso mediante semáforos.
Este tipo de soluciones generan un gran debate, ya que son muchos los partidarios de obligar a los vehículos a reducir la velocidad y en ese caso los ciclistas irían por la vía junto a ellos y podrían los ciclistas circular a velocidades más elevadas, ¿qué opinas tú?