El otro día, a raíz del éxito y la celebración del I Congreso Mundial online de movilidad sostenible Comus 2020, participé en una tertulia en Canal Sur TV sobre la movilidad tras la pandemia.
Al final, como los tertulianos políticos ocuparon mucho espacio, casi no tuve tiempo de hablar y tenía muchos mensajes que decir.
Aunque te dejo el enlace ( MINUTO 52) para que puedas ver el programa de Canal Sur televisión, escribo ahora sobre los mensajes principales que quería haber completado
En primer lugar, tenía pensado explicar dos conceptos que a veces se confunden:
- La movilidad es la demanda, la necesidad
- El transporte es la oferta, la solución a esa movilidad, el bien económico derivado de una actividad. Porque el transporte solo es necesario para poder hacer una actividad.
¿Qué va a pasar con la movilidad después de la pandemia?
Pues a corto plazo, un efecto muy claro en la movilidad va a ser consecuencia de la crisis económica.
La movilidad está relacionada generalmente con dos factores principales:
- uno es la población, donde hay población hay movimiento.
- El otro es la economía, o la actividad económica en general. Si esta disminuye como pasó con la crisis del 2008, la movilidad disminuirá.
Las previsiones del Fondo Monetario Internacional para España auguran una pérdida del PIB del 12 % en este año y del 6 % el año que viene, así que con esas cifras nos hacemos idea
Además, creo que puede haber una disminución de la movilidad como consecuencia de que algunas inercias de la pandemia que continuarán.
Unas son como consecuencia del teletrabajo, tendencia que ya se estaba viendo antes del coronavirus pero que esta situación ha acelerado. Y creo que en este caso es un efecto muy positivo y que puede que dure a medio y largo plazo, o así espero porque contribuirá al problema de las emisiones favorablemente.
Este periodo creo que ha impulsado la concienciación sobre la salud y su relación con el cambio climático por tanto también eso va a ser bueno para tomar iniciativas individuales pero necesariamente también políticas de las administraciones públicas competentes.
Estos días, también me preocupa que se habla de la importancia, como consecuencia del distanciamiento personal, de que hay que promocionar el transporte individual. Efectivamente individual pero sostenible. Luego hablaré del transporte colectivo.
Por eso creo que las iniciativas que se están haciendo en España y en otros países como Francia por la bicicleta, me parecen fundamentales.
Y como siempre digo, el tema de la movilidad, al ser una cuestión de supervivencia y salud pública, especialmente en las grandes ciudades, debe ser una cuestión que va más allá de las ideologías.
Es algo que debe servir para unirnos en lugar de separarnos
¿Y las mercancías?
Por otra parte, se ha visto que la globalización llevada al extremo genera unas dependencias de países lejanos y del transporte de mercancías de largas distancias.
Esto puede que cambie y que se requiera más producción propia al menos en elementos básicos. No parece razonable comprar un bolígrafo de un euro y traerlo desde China, por poner un ejemplo. ¡No digamos una mascarilla!
También la logística es muy posible que cambie, porque ahora se requerirán procesos de garantías sanitarias, que requerirán una organización especial muy ligada a ese transporte de mercancías.
Hablemos ahora propiamente del transporte público
Creo que es importante decir que el transporte colectivo es un servicio público independientemente de que se haga con gestión privada. Es como el abastecimiento de agua y saneamiento o la luz y por tanto requiere una planificación y un control de las administraciones públicas para que su calidad y sus prestaciones sean adecuadas.
Tenemos que recordar que la suma de ciudad densa y compacta, con mezcla de usos y transporte colectivo, bajo la premisa de que el urbanismo y la movilidad es un binomio inseparable, era la solución antes de la pandemia y no creo que deje de serlo a medio-largo plazo.
La ciudad difusa, con jardín para todos es preciosa pero no es sostenible. Genera desplazamientos de largas distancias que hacen muy complicado la viabilidad de un buen transporte público y generan muchas emisiones como vemos en este ejemplo. Dos ciudades de población similar, pero Barcelona, al ser una ciudad densa, emite 10 veces menos contaminantes por el transporte que Atlanta, típico ejemplo de EEUU.
No obstante, a corto plazo como consecuencia de lo que mencionamos del distanciamiento personal, es posible que se requiera más frecuencia en hora punta lo que implica un coste diferente que no puede ser asumido vía tarifa a pasajeros.
Eso implica reconsiderar el modelo de gestión y financiación del transporte colectivo
Y os dejo aquí de nuevo con el enlace del Canal Sur TV
¡¡Esperamos tus comentarios!!