Sevilla, España.
[dropcap style=»book»]S[/dropcap]eguro que muchos conocen la famosa novela «El Turista Accidental» de Anne Tyler y la extraordinaria película del mismo nombre de Lawrence Kasdan en la que intervienen dos de sus actores fetiches como Katheleen Turner y William Hurt (impresionantes también en la película Fuego en el Cuerpo del mismo director). El personaje necesitaba llevar todo lo necesario, su pequeña casa encima para no sentirse fuera de ella, pues era cronista de viajes pero no le gustaba viajar.
Yo soy diferente. Mi vida de consultor me ha permitido realizar una de mis aficiones favoritas: conocer mundo y gente. Siempre digo lo mismo, busco alguien que me pague el viaje que quiero hacer. Para mi lo importante no es la maleta, es el viaje en sí mismo, es lo que voy a descubrir. Así que os cuento algunas de mis manías y trucos: [pullquote align=»left»]Cada vez que perdían mi maleta, el repartidor, cuando la encontraban me decía: ¿otra vez usted? [/pullquote]
- Maleta: la mínima, la que cabe en Raynair sin tener que empujar como un poseso. Nunca facturar, es muy peligroso. Recuerdo cuando estaba haciendo mi estancia en Lisboa para sacarme el doctorado europeo, cada vez que volvía a casa en Sevilla, me perdían la maleta. El repartidor, cuando la encontraban (siempre, tengo que reconocer), me decía: ¿otra vez usted? Y esto lo aplico para viajes transcontinentales y largos. Si hay que lavar, se lava. Eso si, la maleta, de las buenas, con ruedas reversibles, esto da vida y si añadimos una buena mochila ergonómica para los papeles y el ordenador, mejor todavía.
- ¿Qué llevo en la maleta? Las cosas de aseo (claro, en botecitos pequeños, para no facturar), la ropa de deporte (correr exige la equipación mínima), mudas y camisas, adaptadores para diferentes tipos de enchufes y un libro. Eso si, la mochila con los papeles y el portátil y cientos de adaptadores. El traje puesto, es como menos se arruga.
- Tren mejor que avión, se puede trabajar más y mejor. Ya sabéis como somos los ingenieros. Un chiste que me divierte lo describe muy bien:
Están un arquitecto, un abogado y un ingeniero y les hacen una entrevista: entre la esposa y la amante, usted ¿cual escogería? El arquitecto contesta: mi amante, claro porque la inspiración me llega después de esos momentos….El abogado niega con la cabeza y afirma: yo con la legalidad, con la mujer de toda la vida. Finalmente, el ingeniero interviene rotundo, yo me quedaría con las dos, así una se cree que estoy con la otra y me dejan trabajar en paz.
- Mejor sacar dinero del cajero que cambiar, curiosamente, suele salir mejor de precio. Lo único si acaso algo para el primer taxi y los primeros gastos al llegar. Yo siempre guardo algo para el siguiente viaje.
- El Hotel es fundamental que tenga wifi, lo demás, me importa menos. Aunque si es un sitio donde no se puede salir a correr (por ejemplo, México DF en zona urbana te atropellan), en ese caso, intento que tenga un pequeño gimnasio.
- La Guía de viajes, de las buenas. Me gustan las visuales de El Planeta, es una oportunidad cada viaje para aprender de geografía, de historia, de cultura. Prefiero estas a las locales, que suelen estar muy sesgadas por el propio país (se nota que lo están vendiendo, en lugar de describiéndolo). Dicho esto, no hay mejor guía para mi de un país o de una ciudad que habar con su gente, así es como la descubres de verdad.[pullquote align=»right»]El Transporte público en países emergentes es una experiencia y forma parte de la cultura. Además, a veces tardas menos como en los Metrobuses de México o el Transmilenio de Bogotá[/pullquote]
- Los Transportes públicos en países emergentes no dejes de usarlos, salen más baratos y solo vas apretado, pero a veces tardas menos como en los Metrobuses de México o el Transmilenio de Bogotá. Y si no, es una experiencia, forma parte de conocer la cultura. Además, no son tan peligrosos, . Los raptos exprés se dan más en taxis…… Eso sí, si tomo un taxi, en lugar de decir «voy a tal hotel», mejor decir «voy a la 50 con la 53, al supermercado ese que se llama tal y cual». Da una sensación de más local y así no tratan de cobrarte el plus de turista extranjero. Y pregunta cuánto te van a cobrar antes de subir.
- Para conocer una cultura, no hay nada como conocer su gastronomía, yo disfruto mucho con ello y más si puedo compartirlo con gente del lugar. Pero comer fuera siempre tampoco me gusta: desayunar, almorzar y cenar cada día fuera muchos meses te hace perder algo el equilibrio. Esto me recuerda el libro de Montignac sobre Cómo Adelgazar en Comidas de Negocios. La verdad es que no es tan fácil seguirlo. Hay que controlarse continuamente: esos buffet de desayunos, esas comidas copiosas cuando sales y esas cenas excesivas en el rato que puedes disfrutar, no hacen fácil llevar una dieta equilibrada.
Algunas recomendaciones adicionales para estancias largas:
- Procuro buscar algún restaurante para comer como en casa pero ligero.
- Compro comida y la tomo en el hotel para evitar de vez en cuando alguna comida fuera (eso no quiere que decir que sí me tome una cervecita, siempre local, para tener un buen ratito).
- Salvo que no signifique reducción de precio, contratar el hotel sin desayuno incluido. Desayunar fuera es muy barato y curioso, además de más sano. Y si no, lo compras en el supermercado.
- Apúntate los restaurantes que te gusten. Yo tengo una base de datos de restaurantes de todos los sitios donde voy, desde los de 2 euros (algunos excelentes para el día a día) a los de 50 (mas no voy).
Si quieres consultarme, no lo dudes, hazlo en esta vía o por las redes sociales, también espero vuestras recomendaciones! Podéis recomendarme sitios a los que ir que estaré encantado de probar o explicar a los lectores algún truco interesante.